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20/8/14


Un espasmo de desesperación aglutinante,  una vibración craneal que se tensiona hasta machucarme el cerebro , que se exprime y suelta todos sus líquidos que se me salen por los ojos y me baja por la nariz, tapandomela , tengo que respirar por la boca , e incansablemente el ciclo se repite : un pensamiento un recuerdo , un miedo abismal de perder todo lo que más me importa, un líquido tibio que cae por mis mejillas enturbiando mi vista , se me frunce toda la cara . Exprimo mi cerebro , tengo carcajadas de llanto y la respiración acelerada como si el pánico me mirara desde abajo de la cama con un gesto demoníaco, como si la locura me saludara en el oído recitandome poemas de muerte y el castigo, oh el castigo de llorar por minutos horas y días, y tener que atravesar la tortura del dolor...  E imagino mi futuro. Me personifico en una paciente psiquiátrica filántropa. Esquizoide , por supuesto. Y se me forman las ideas , veo  la claridad que me ilumina la psiquis.

La luz de las ultimas horas de sol de la tarde de un día y  año  indefinido (podría apostar por un 20 y pico de septiembre) , de estación indefinida ( seguramente primavera), inunda una habitación blanca de impecable aspecto. El crepusculo lejano se vaivenea insipido sin colores , con una paleta cromatica pobre , vasta , muy reducida. Minimalismo .
Un rayo de sol se refleja pomposo sobre las baldosas relucientes de color crema , una cama cromada sin tender ,de aspecto desordenado yace en el centro de la habitación como testigo del puro dolor , y la humedad.  A su derecha, una silla del mismo estilo que contiene sólo un almohadón común bordado con rosas.  Paralelamente del ventanal, se encuentra un armario simple , mas bien como una cajonera redondeada. Todo en la.habitación es redondeado , sin puntas filosas. El ventanal , de vidrio ecológico irrompible, por supuesto, parece muy grande para el gusto de alguien que no quiere recordar la existencia de un mundo alli afuera .  Ofrece la vista de un campus verde y soleado. Verde y repugnantemente soleado.  En un rincon de la habitacion se apilan años de locura, empolvados. Otro montoncito de lágrimas y nudos en la garganta , otro de un insomnio de sollozantes murmullos y gemidos lamentosos.
Años de soles, de lluvia , de viento y recuerdos, imagenes almacenadas que se repiten una y otra vez , como queriendo hacerse parte de un presente utopico. Años de soledad .
 Y no.
 Dicen los médicos, que  no dejé de llorar ni un solo día. No dejo de llorar ni un sólo día, literalmente. Ya no como , ni bebo , ni duermo, continuo sin hacerlo paulatinamente, las infusiones intravenosas me mantienen "viva". Biológicamente hablando, claro.
 Ningún fármaco ayuda  a cesar mi infinito llanto, aunque aquellos con efecto calmante me dejan inconsciente. Lástima,  al haberme convertido en una especie de leyenda urbana en este hospital, escucho rumores de que incluso dormida las lágrimas caen por mis mejillas.
 Nada puede contra el suceso que  acontece en mi vida con inevitable contemporaneidad  : llorar hasta la muerte. Yo se que es mí unica esperanza , mi salvación y alivio : esperar apaciblemente la muerte. El amor ya jugo su carta en mi mano , y perdí.  Arruine mi propia felicidad y dicha de ser amada por la persona que amaba. No supe cuidar ni empeñarme en demostrarle mi amor, cuanto significaba para mi , no supe cómo hacer ni qué hacer , para dejar de herir a mi amada. Y pienso en sus grandes ojos oscuros , tan profundos como el abismo sideral del universo mismo. Un abrazo de ella equivalía a todo mi mundo cirniendose sobre mi , las nubes y el océano, pedazos de cielo y venus , andromeda y los osos polares del ártico, mi mundo entero. Mi  inconcebible universo , resumido en su piel , sus besos y su existencia. Ella, mi aleph , mi todo absoluto , su sonrisa, su calidez y su amor , su dulzura y su enorme corazón, todos míos, ella era mía. Debo admitir que me ahogué en las infinitas profundidades de su ser , me empape hasta el alma de ella , cada poro de mi piel , cada célula y cada pensamiento , cada sentimiento , cada momento, cada recuerdo , mis memorias , ella encima mío, ella con un fondo estrellado , con sus ojos cerrados durmiendo , con su mirada de que me ama , ella. Tan sólo ella... solía ser mía.

 Ahora sólo me queda drenar en lágrimas todo mi universo , hasta vaciarme por completo.
No hay otra solución, en este hospital evitan continuamente mi muerte por desangramiento.
 Pero sé que es la hora , siento como las fuerzas abandonan mi cuerpo , como los suspiros se hacen mas cortos y los latidos menos frecuentes y sincronizados. Veo como el crepúsculo del equinoccio de primavera llega a su fin , veo como la soledad me abraza con su gélido velo de tristeza, ya no me quedan gotas por derramar. Siento el fin de mis días, acá es donde todo se resume , toda mi insignificante vida.
Espero la muerte.  Me entrego a ella para que me de algo de paz . Pienso en cuando naci, y pienso en como mori , como estoy muriendo. Me desvanezco
....




Escucho a lo lejos , un sonido chirriante , metálico.  Giro mi cabeza...
Y Ella abre la puerta.

5/8/14

Cajoneras

Sin luz, sin salida. Una yo interior que no puede salir de las paredes que la rodean, entristeciendola, amenazandola, quitándole las fuerzas de querer seguir.
Y todas ellas fueras de sus cajoneras, cajoneras inexistentes que jamás estuvieron ahí.
Y agrando las cajoneras, las ensancho, las sigo alimentando, en vez de reducirlas.
Y la aplastan, la asfixian , entierran mi yo interna.
La vuelven prisionera de un carcelero fantasmal, un carcelero que me vigila desde mis vestidos, mis pantalones y mis remeras. Me vigila desde los espejos y las sombras, desde las imágenes de mi.
Me vigila desde las imágenes de todas ellas, exhibiendo su hermosura, recordando la hermosura que vieron en ellas las personas que amo.
Me vigila desde los huesos de ellas, desde sus piernas angostas, desde sus caras, desde sus calces justos, desde su sensualidad.
Desde mis piernas enormes.
Desde mis brazos y mi panza, desde todo lo que me cuelga. 
Me vigila.
Me atormenta, me recuerda, me trae y me lleva, me tortura.
Me hace doler el alma, y no encuentro la voluntad que me libere.