.

18/12/13

La lucha diaria.

El conflicto con el propio cuerpo desencadena circunstancias para nada placenteras.
El mal funcionamiento del organismo desequilibra neurológicamente las mentes sin fuerza para mantener su supuesta cuerda postura generalizada en las personas con dos décadas de edad.
El inmutable vórtice de pensamientos negativos hacia uno mismo, actúa como energía que provoca modificaciones en la materia. O en la percepción.
O en ambas.
La duda y el abatimiento suplantan a la voluntad y la constancia.
El control excesivo toma partido implantando en el fértil y pantanoso terreno cerebral semillas de negaciones constantes.
A gray cloud raining over my head.
El descontrol excesivo destruye la inconclusa cosecha que tanto costó. Luego la culpa excesiva tiende a querer remediar el desastre optando por el fácil camino del desagote, para empezar de nuevo.
Entre dos monstruosidades hermosas se debate una persona insegura.
O entre tres. cuatro. cinco. Monstruosas acciones que dan monstruosos resultados.
Pseudo-tuberculosis y renglones colorados en las piernas y los brazos.
Encías que protestan llorando saliva teñida de rojo.

Monstruos imaginarios que aparecen con sus burlas fantasmagóricas.

Dudas. ¿El beneficio de la duda? Una porquería.
Quiero certezas.
Certezas que no sean taladas por zorras de cuerpos perfectos.

Quiero arrancarme el cablecito mental de los celos. De la inseguridad.

El cablecito mental de los malos hábitos alimenticios. El del miedo. El de la ansiedad. El del dolor. El del auto-odio. El de la nostalgia, la añoranza. El de los recuerdos y el de los imaginarios futuros.
Pero por sobre todo.
El cablecito mental de existir en mí.

Quisiera un golpe de suerte que me confine de por vida en un estado catatónico donde no deje de existir para los demás pero sí para mi misma.


O simplemente quisiera tener una manera de pensar que no me arruine cotidianamente ser yo.




16/12/13

Respiro melancolía que se filtra por mi ventana camuflada en aromas de tierras húmedas y césped.
Huelo noche, huelo grillos, huelo nostalgia de ser la persona que más disfruté ser.
Ha pasado un tiempo desde que yo fui yo.
Conocí una nueva luminosa muchacha que no me simpatizó.
La pobre, horrorosa y deforme,  me mira desde el espejo con sus ojeras enmarcando una mirada apagada, su piel lastimada, su pelo desteñido y sus facciones desfiguradas.
Me asusta, la repelo.
La odio, me da asco y lástima.
Mucha lástima.



Que no existe.

Llegan momentos que metamorfosean el tiempo.
Llegan las veces donde ansío con todas mis ganas tenerte conmigo, rozando mi piel, mirandote existir.
En esos lapsos de tiempo en los que no puedo... Soportar.
Soportar el no entender la magnitud de mi necesidad, la magnitud del tiempo que no pasa cuando no te veo.
Y que se fuga indiscriminadamente cuando nuestros besos se encuentran.
¿Será que la relatividad del tiempo es un regalo o una burla?
O sólo nos recuerda constantemente que el presente es lo único que tenemos.


9/12/13

Empty. Ente.

Mañanas incompletas que abundan en vagancia.
Emoción de viernes a sábado y de jueves a sábado. Fines de semana atiborrados de sustancias psicoactivas dispuestas a darme una mano para escapar de mi misma, siempre queriendo salir de mi.
Siempre viajando astralmente. Y me paralizo, escucho. 
Cuánta conciencia de mi soledad en este año.
Impresionantemente, el mundo se las arregló para demostrarme mi autonomía. Mi individualidad. Mi introspección, soledad, autoayuda.
Pero no aprendo, no trasciendo. La soledad me desespera, me abruma, me asusta, daña, intimida.
Me desarma y me asfixia en su insoportable compañía. En su insoportable existir en mi interior.
Si ignorara mis sentimientos mi vida sería hiper llevadera. Si tan sólo no fuese tan sensible y receptiva.

Y comprensiva. 

Estoy aburrida y conciente de ello.
La conciencia es un gran peso, un gran enorme reverendo peso insoportable y placentero a la vez.

No sé por qué tanto vacío pesando extremadamente.

Quiero que llueva estrepitosamente mientras saturo mi cerebro de música para lluvia. Que llueva y viajar. Que llueva y caminar, huir, alejarme.
Paso tras paso distanciandome de las cosas que me hacen mal. Que me acalambran el corazón que amenaza con no latirme más.

Huir huir huir de mi soledad pretendiendo enamorarme.
No quiero que las sombras que caen del cielo anulen mi luz, y está pasando justamente. Tanto de nada.
Amputar mis lágrimas, mis celos incontrolables que me destruyen la cabeza.
Apuñalar pensamientos hasta asesinarlos.

5/12/13

Yo nadie.

Reconozco.
Rechazo. Espero, ruego. Olvido, temo, pienso, siento, sufro.
Tengo cuarenta y seis alter egos.
Tres de ellos son buenos.
Cuarenta y tres de ellos me hacen mal.
Me hacen llorar, vomitar, sufrir, recordar, temer, no creer, lamentar, debilitarme, extrañar, aislarme, no poder progresar, estancarme, odiarme, qumarme, morderme, cortarme, arrancarme, arrastrarme, pedir, espinarme.

Soy una espina en mi interior. Me rasgo me rajo me desangro.
Me siento sola rodeada de todos. Quiero estar sola por completo, no ver, no oir, no respirar, ni mirar ni tocar ni comer ni saborear ni existir no.
Ya que no soy. Ni para vos ni para el ni para ellos ni ellas.
Invisible.
Impalpable.
Inodora.
Incolora.
Leve. Opuestamente pesada, densa, molesta, insoportable, notoria, llamativa, alegre, sociable, extrovertida.
Nadie. Yo nadie. Yo de negro, de rojo, de rosa, de nada. De aire, de putrefacción y muerte.
De gusanos que copulan y excretan mierda.
Presiones. Me presionan. Todos me presionan y yo no me quiebro, no cedo, no nada.
Yo nadie.
 Yo de piedra, yo sensible, yo de agua, yo de lágrimas, de humo, de matas, de mota, de luces, de sombras.
Nadie comprende mi NO. Nadie proclama darle importancia a mis decisiones, mis intereses, mis gustos, mis ganas de .
No es no. No es si, el no no sirve si no importás.
Nunca jamás.

Te daría un arma para que me dispares.
Pero no es la solución. Yo quiero no haber existido jamás.
Irme sin dejar rastros en memorias ajenas.
Olvídenme, repelanme, dejenme sola.
No quiero ser parte de sus memorias y dolencias.
No quiero jugar a ser una persona más.
No me sé las reglas del juego, no puedo aprender, porque no puedo pensar, porque no.

Decrecer. Desvivir. Desmoronarse.
Hundirse.
No saber nadar.
Y tocar fondo.


26/11/13

Desde tu lengua hasta tus huesos

Solía creer que jamás podría nadar en la profundidad de una mirada y volver a estar a gusto con  ello. 
Solía creer que jamás podría rendirme ante... Un par de ojos en los que me caí. La profundidad del espejo del alma. Aunque no creas en ella.
Vi una piel blanca en la que me sentí inmersa. En la que quería acariciarme.
Vi una psiquis aturdida, ensimismada, lastimada. Y la quise curar. Besarla, acariciarla.
Vi una intensidad en todo su ser que me provocaba la necesidad de ser suficiente para que no sintiera carencia de comprensiones.
Te vi y me gustaste tanto.
Vi un par de labios entregados a la calidez de un beso húmedo. Caliente. Suave, tierno.
Labios besaban con una sutileza deliciosa, y la desenfrenada pasión que necesita cualquier mente para desequilibrarse y dejar de funcionar racionalmente.
Me aturdí.
Vi como poco a poco la necesidad de contemplar(te) los ojos, la piel, la psiquis, los labios y la subjetiva perfección de su bellísimo ser, crecía hasta tornarse: insoportable-placentera-mente adictiva.
Mi adicción.
Adicciones que desbordan sensaciones. 
Sensaciones que se tornan adictivas, placeres, caricias, manos, besos, calores, suspiros, acciones para sentir.
Para sentir que te quiero.
Para sentirte dentro mío, fuera, arriba, abajo, detrás, adelante, en mi cabeza, en mi pelo, en mis pulmones y mi saliva.
Sentirte incrustada en mi piel. El alivio de sentirte conmigo. 
Cerca. 
El alivio que me extasia cuando me quemo de poseerte . Lamerte, saborearte, devorarte... 
El alivio de endulzarme los oídos, la piel, el sexo. 
De tus abrazos que acercan mi cuerpo al tuyo para que nuestros latidos se armonizen.
Para que nuestros interiores se besen.
Y te disfruto tanto. Disfruto tanto cuando me transmitís lo que sentís por dentro con tus sentidos corporales. Un beso, una caricia, una mirada. Un gesto: que te muerdas el labio inferior me desata las ansias de tocarte. Explotarte. 
Quiero sentirte tanto que te muerdo. 
Te rasguño. Te lamo.
Te beso.
Te daño.
Y no me alcanza.
Es como si quisiera meterme en vos... Y eso quisiera, incrustarme y quedarme con vos. Que me quieras porque sí. 
No soportaría atravesar la sensación de vacío de algo que tanto me llena. Me sonríe, me 
alegra, me intensifica en intensidad de sentir. Me regocijo de placer y bienestar con tus actos y palabras dulces. Suaves.
Feroces. Sexuales.
Sos la perfecta combinación que se necesita para caer perdidamente, de una manera hermosa.

Y escribiendo estas líneas mi cerebro acaba de comprender por qué sos tan preciosa.
Sos la adicción de poseer un ideal que se materializó. Y superó las expectativas.

Yo no sé medirme.
No sé entregarme de a pedacitos. No sé no rendirme ante tu mirada.
No sé de medidas ni trozos en buen estado, sino de aquellos trozos mutilados que quedaron devastados por corazones que explotaron de dolor. Son esos los que conozco perfectamente.
Y quiero que me ayudes a conocer la alquimia necesaria para transformarlos en fragmentos extasiados de felicidad y bienestar. Y regalarte-me- toda.

El tiempo no es una condición para querer a alguien. Es un regalo para disfrutar de ese querer mutuo sin importar cuánto pase.

Te quiero desde querer tu mirada, tu aroma y tus venas, hasta querer poseerte bajo mis piernas lo más que pueda. Y sé cuánto te gusta esa frase. Y no sabés cuánto me gusta sentirlo así.
Te quiero desde tus caricias y tus besos en la frente, hasta las explosiones de placer que me provocas. Te quiero desde tu lengua hasta tus huesos. Te quiero desde quererte hasta no querer dejar de hacerlo más.

Te quiero.
Tanto te quiero.

27/10/13

Si sale me voy.
Si no sale me quedo.
Si sale te voy a extrañar.
Si no sale te voy a perder.
Y me va a doler.
Y prefiero extrañarte a perderte.
Sáquenme estos impulsos de apuñalarme la cara porque me temo.
Me temo que no voy a poder parar.
No creo que nadie me pida que me quede.
No hay espacio para mi.
Me siento realmente triste.
No puedo aguantar más. Esta soledad.
Y sos tan linda, pero no podés salvarme.
Ni vos, ni los ángeles desesperados.
Ni los amigos que no tengo.
>Ni la familia que no tengo.
Ni el papá que no tengo, ni la mamá que no tengo.
Me asquea lo corporal de mi ser. Estorbo, ensucio, lastimo, exagero, gasto, arruino, agoto, molesto. estorbo, ocupo espacio.
Canso. Harto.
Me arde la pintura en los ojos. Mis ojos sucios. Mis cuencas vacías, mis granos 
Sangra la pierna de caballo.
Sangra de sangre sucia que escapa de mi mierda.
Mi sangre escapa de mi para salvarse de la descompocisión.
Creo que todos quedan en buenas manos y ojalá mi gato también. No puedo seguir siendo yo. No puedo jugar más. Me rindo porque me cansé. Me cansé de estorbar y sobrar. E interferir.
Y perdón por no aguantar más ser una mierda. No me tilden de egoísta ni digan que no me faltaba nada. Porque me falta todo lo que me ate a esta vida. 
Nada más vacío que poseer un hogar y no tener uno.
Y un amor que no será.
Jamás de los jamases. Volver... Espero que no. Espero que sí.
Y la ambivalencia es un lugar seguro.
Todo siempre puede pasar. Menos el exterminio de la mierda mental y vital.

 Algo que hago por todos y por mi.
El punto justo.
Y pensá que así no vas a tener que soportar el quererme.

Y así no van a tener que soportarme.

14/10/13

Mi mundo calavérico me sonríe dulcemente.
El apetito se esfuma incinerado.
Mil sonrisas afloran de entre dientes perlados.
Y el sol canta, y las ramas de los árboles mezclan los químicos del aire.

Juro que no quiero volver nunca más a un boliche...
Estoy loca de existencia.
Me dijeron que ibramos a la misma frecuencia. Y no es muy común...

9/10/13

Sumergirme.

Me gustaría desaparecer, quizá por un tiempo, quizá para siempre.
Hundirme en las aguas saladas que barajan olas de crestas blancas.
Inundar mis pulmones de agua fría, no respirar, no sentir.
Irme lejos, en la profundidad de la que alguna vez surgí.
Volver.
Como Alfonsina.

"Ponme una lámpara en la cabecera.
Una constelación, la que te guste.
Todas son buenas..."

No me importaría no existir...
En el estado desesperante de vacío en el que me veo inmersa.
Una vez más me pregunto...
¿Puede el vacío pesar tanto?
Así estoy... Vacía, vaciada.
Una vez más me pregunto...
¿Por qué tanta nulidad?

Me desespera.
Me agobia.
Me ahoga.
Me sumerge.

"Brazos cansados de guardar la misma
Horizontal postura; tibias largas,
Calaveras sonrientes: elegantes
Fémures corvos, confundidos todos,
Danzarán bajo el rayo de la luna
La milagrosa danza de las aguas.
Y algunas desprendidas cabelleras.
Rubias acaso, como el sol que baje
Curioso a veros, islas delicadas
Formarán sobre el mar y acaso atraigan
A los pequeños pájaros viajeros."

Y alguien cita lejos: "el vacío es soledad, la soledad es pureza,
 la pureza es divina, y Dios está tan vacío como yo."

Me obligo a permanecer siendo. No sé para qué, si ya nada tiene el sentido que me aferraría a estar acá.
Mi Amelia no va a existir, ni mi cabaña cordillerana.
Ya no hay lugar para mi bienestar en la tragedia del mundo.
La consciencia de mi existencia me atormenta. 
Quisiera vivir sin enterarme. Estar vivo sin estar consciente. 
Existir.
Existir a partir de una acción abstracta como lo es el acto sexual. No puedo dejar de pensar que comencé a existir a partir de una acción. 
Existencia gestada a partir de la abstracción de una acción.
Materia a partir de energía.
Y de repente aparecí acá. Y vos también, y ellos, y todos. Todos creados de la nada misma, de la existencia de una acción que podría no haber existido.
Pero pasó. Y soy alguien. Sos alguien. Somos alguienes arrojados al mundo, casi como a un purgatorio.
Y quizá esta vida no sea más que eso. Un sucio purgatorio donde sufrir o gozar según nuestros actos pasados. Almas castigadas estancadas en trascendencia.
No puedo entender por qué existo ni por qué pienso.  

"La verdad se vislumbra sólo a través de los ojos de la muerte".






7/10/13

Dos vos. Dos yo.

Me gusta mirarte mientras te toco.
Tu carita delicada y perfecta se distorsiona en gestos grotescos que le sientan extrañamente muy bien. La contradicción equilibrada entre tu rostro angelical de mirada intensa y tu salvajismo en extremo sensual, me ahogan y no me dejan respirar. No quiero respirar si no es necesario. 
Me gusta ahogarme en tu mar interno.
Y me encanta tu respiración agitada en mi oído, humedecer mi piel con tu vapor, con vos.
Pienso que si pudieras ver tu cara mientras te excitas, te gustarías demasiado.
Y me encanta tu respiración agitada en mi oído, tus manos inquietas que me recorren y me hacen vibrar.
Pocas veces había visto algo tan hermoso como tu persona en conjunto, tu voz grave, tu piel suave, tus  senos tiernos y excitantes, tus huesos que se marcan cuando te retorcés de placer, tus labios finos que me besan de dos maneras opuestas, casi como si fueras dos personas. Y eso me atrapa y me hunde en vos. Yo también soy dos personas, y cuando nuestra dulzura se combina... Sé que te encanta como a mí.  Sé que te encanta que te mire a los ojos después de besarte, cuando nuestros labios se rozan mínimamente, cuando mi lengua dibuja tu boca y mis manos te acarician mientras las tuyas acarician mi pelo, mi cuello, mi cintura.
Es hermoso ver como te transformas a medida que los besos adquieren calor... Es hermoso verte consumirte en placer cuando nuestra lujuria nos quema mutuamente y los mordiscos y la agresividad nos torturan, quiero siempre tenerte así abajo mío, sumisa, dominándote,, lamiéndote y besándote.
Tu luz y tu oscuridad se combinan con la mía.

Y es entonces cuando me haces explotar... Y la sumisa dominada termino siendo yo.


Y no me disgusta para nada.









25/9/13

The gothic.

La belleza de la oscuridad inunda mis oídos con la música de la perfección...
Neblinas, paisajes nevados, bosques otoñales y hojas que mueren.
Tinieblas y pétalos de rosas, luna llena y clima húmedo y frío.
Oscuridad. Mil vampiros. 
Succión. Pasión. Destrucción. 
Besos de sangre que emponzoñan corazones...
Frío, siempre frío y ausencia de sol.
Y ausencia de distracciones.
Momentos del alma, lluvia de emociones,
que caen como gotas afiladas incrustadas en mi muñeca, 
mientras un rostro casi muerto me recuerda el contorno de mis ojos.
Ahuecado, calavérico, como siempre.
Y el humo que se desvanecía bajo una mortaja puntillosa, 
dentro de la boca del cadáver rebosante de líquidos pestilentes.

Y gusanos que escapaban. Dientes que no existían y lenguas disueltas en ácidos estomacales.

Muerte.
Pura, oscura, negra, profunda, eterna, silenciosa, muerte.
Te arrastrás como suspiro de un sueño caído, 
extenso, lleno de lágrimas y luna. Estrellas...
Y tu alma se libera, flotando, inmensa,
 dando a luz su propia luz inmortal.
Efímera existencia que nos oculta tras un velo puntilloso.





24/9/13

Feminidad gestadora de universos.

Me asusto cuando pienso que en cinco días es mi Cumple-Años.
Es... Espeluznante que me feliciten por no haber muerto todavía, por seguir otro año más en este mundo, funcionando en un sistema regado de infelicidad y smock.
No quiero ni pensar en lo que voy a sentir ese día cuando sea consciente de que existo, existo y vivo, y me recuerdan y soy una sola cosa. Soy yo.
Soy una persona que surgió de la nada misma! Surgió de la absoluta nada. Así como así, un orgasmo, y pum. Fui creciendo  en un lugar cómodo, ideal, un universo pequeño.
¿Y si toda nuestra vida mortal es la gestación de nosotros hasta otra vida o plano en el que seremos paridos el día que muramos acá?
Y pensar todo. Pensar en este sistema en el que las personas abortan y no pueden abortar como se debería.
¿Qué pasa con el embarazo? No entiendo.
En realidad sí.

Oh,  recuerdo un día en el que descubrí que la luna paría estrellas. Fue el día en el que Venus pasó por adelante de la luna, y en el cielo se veía la luna menguando con una estrellita diminuta pegada.
Entonces comencé a notar con el paso del tiempo que la estrellita cada vez estaba mas alejada de la luna, y cada vez más... Y pensé: La estrellita salió de adentro de la luna y ahora está siendo expulsada al cielo eterno e inmenso en el que las demás estrellas paridas anteriormente en cada ciclo lunar fueron expulsadas... A lo largo de toda la historia de la luna.
Ha parido a cientos de millones de  estrellas en cada fase lunar... Desde la luna nueva hasta la luna Llena, pasando por la fase cuarto creciente, se culmina el tiempo de gestación.
Luego desde la luna llena, retrocediendo, menguando, hasta la noche sin luna, se lleva a cabo el nacimiento de la estrella, donde la luna le ha entregado todo su  líquido luminoso para que brille eternamente colgada de la bóveda universal.
De cada fase lunar ha nacido cada constelación.

¿Y si todos nuestros planetas no son más que estrellas paridas por otro cuerpo celeste mayor, y así sucesivamente hasta el Todo del Todo?



23/9/13

Se consume

A veces, por momentos súbitos  y desconectados, siento en mi pecho oprinido mucho miedo.
Siento que ya no voy a poder parar de tener conductas obsesivas, como mirarme todo el tiempo mis puntas. Mantener el labial puesto. Los ojos delineados. La media en su lugar.
Buscar todo 30 veces.
Siento miedo cuando no encuentro algo que no me deja concretar algo más.
Mi llave se perdió y ahora no encuentro la tela de araña que solía pegarse cuando la introducía en el cerrojo.
La llave frenéticamente activada por un pulso ebrio y muy malo, impreciso y débil, no entraba en la cerradura.
No entraba porque no estaba.
¿Y si eso pasa conmigo?
No entro en ningún lugar porque mi cabeza dice otras cosas. No entro en ciertas categorías comunes a mucha gente. No entraré en generalizaciones y masas porque... ¿No estaré acá?

Probablemente mi mente se fue desgranando como pedacitos de plumas delicadas de algún mitológico animal. Se fue, volando por el espacio, rodeando una estrella y formando una nueva capa de luz y brillo.

Eran horrocruxes indestructibles, una mente infinitamente esparcida por el cosmos de su propia consistencia. Eran estrellas de pedacitos de mentes fusionadas a la perfección.



A veces quisiera ser.

Una amapola roja, de mí extraerían algo tan poderoso imposible de salir de una frágil florecita. Bailaría con el viento y me visitarían abejas trabajadoras. El sol me saludaría y la luna me despediría, mientras la tierra me nutre con su humedad fértil.
Una amatista violeta en el fondo cristalino de un lago nórdico con espejismo de nubes grises que nos llueven encima. Y granizo.
Una fase lunar, de preferencia la de cuarto creciente, iría pintando la luna nacarada con mi luz de energía circundante, mientras gira arremolinandose alrededor de la tierra, fija en cada estación, amor de tantos pequeños humanos de carne. 
Acuarelas de textura infinita. Hojas crocantes de otoño, lluvia mojada y abundante, viento de tierra, estrellas destellantes de añares centenarios.
Un ronroneo imperturbable de un gato blanco con suave pelaje, uniforme y paciente, vibrando en partículas sonoras que se infiltran en la piel de cualquiera que acaricie a mi portador.
Una nube de morfina, una identidad congelada detrás de los ecos de las risas frías, esperando llover en agujas que se claven en la piel de aquellos seres destructivamente pasionales, venenosos.
Un vapor disperso en la inmensidad cósmica exhalado por algún planeta o ser.
Una mirada misteriosa que no se anime a declararle amor a nadie.
Una cicatriz oculta que clame pesares internos, clandestinos.
Una sombra paradójica y burlona de alguien ciego.
Un sombrío verso escondido en la letra de un espíritu condenado a rondar sin fin.

Un Te extraño camuflado en la indiferencia cómoda que decolora una pasión desbordante y neófita.







Notas mentales:


No obsesionarme  ni pretender poseer ideales materializados en pasión líquida. 
Son ideales, por su propio bien.
El mero hecho de una simple y natural existencia desencadenaría intensidad de emociones y actos consumidos por mares intensos que me ahogarían en un extenuante éxtasis espiritual y físico.

No pretender que mis encías se anestesien de alcohol nocivo, ésto que hierve mis pensamientos liberando su vapor abstracto, volátil, impalpable, obliga a mis entrañas a contraerse para expulsar el veneno una y otra vez hasta la completa deshidratación y expulsión de los fantasmas comunmente ignorados sin su presencia en mi sangre.

Evitar en lo posible caerme dentro de pupilas profundas que me abracen con su obscuridad ciega, no debo dormir en ojos ajenos. No debo dejarme seducir por las caricias sutiles de las pestañas pulidas, ni calmar mi sed en la humedad ocular. 
Tengo terminantemente prohibido lanzarme a la eterna caída sin fin de una pupila, infinita en su negrura.

Conseguir la manera de desabrochar uno a uno los botones que cierran mi círculo social.

Entender de una vez cómo hacer para no sumar con los dedos, dejar de intentar analizar personas a mi alrededor y escapar de las tendencias cliché que mi generación experimenta, adolece.

Recordar constantemente que soy una persona de libra. Que soy un ciervo en el calendario maya, y que mi fragilidad se compensa con mi profundidad. Algo frágil y profundo puede ser un desafío para quebrar por completo, quizá esté despojada de fuerza y carácter, pero se compensa con mi comprensión y compenetración con lo que puedo absorber del cosmos en el que me veo inmersa.
Recordar que una librana está rodeada por hadas que encantan a mis oponentes.

Tener presente que mi tiempo es para mí, que esperar a una persona desinteresada por tanto tiempo, me dejará vacía de sangre. Pretendiendo sangrar por ella hasta que venga a curarme con sus besos de calidez pulcra, voy a morir. Mi sangre es mía, cuando te la regalé te dio asco. Yo puedo darle el valor que se merece.

Morder, lamer y besar pieles ajenas que huelen a romance satisface mi fijación oral. Que no se vuelva costumbre.




Inhalo. Exhalo.

Un lunes por la mañana. 
Que día tan mediocre donde todos hacen lo que se supone deben hacer. Puaj, que gris insípido.
Aires de sociedad globalizada están despeinando mi pelo desteñido, y me cago en la globalización si la letra "Ñ" cuesta tanto de encontrar en el diccionario del celular. 
¿Por qué la globalización me despeina mientras asesina y borra a la eñe de mis ñoquis y mi ñandú? 
En fin, parece ser así la mejor manera de que todo funcione como debe ser un lunes por la mañana.
¿Por qué?

Tan simple como un porque.


22/9/13

Encontré

Encontré una Lucía que lucía unas ojeras desbordadas, que enmarcaban un par de ojos brillantes y saturados.. De mierda.
Te gustaba mi aspecto de inocente sonriente.
Y después fui y te besé, mientras estiraba tus labios con mis dientes y te demostraba que podía hacerte doler el alma si así lo quisiera.

No me mires cuando te esté mirando, porque te miraré con ojos de dulzura.
Y cuando te des vuelta mi mirada se tornará enfermiza por culpa de mi cabeza mientras planea cómo y cuánto  poseerte bajo mis piernas.


2/9/13

S.o.s. Soledad o silencio.

Nunca había contemplado la belleza de la soledad de ésta manera. 
Cuán hermosa era esta gris Patagonia por amarme.
Pura, fresca, perfecta.
Iba a suicidarme de diversión, tirandome desde el Indio que vigila el mar, que vigila a su -quizás- amada Galesa. 
Mi bicicleta no me fallaba si yo no lo hacía. Ella no se desestabilizaba si yo tampoco...
Sólo así destruiría aquel bruto fantasma gris.
Y si me entregaba a los fríos -y azul grisáceo- brazos del océano, me derretiría en la esencia de su sonido mezclado con viento y lluvia, sin jamás volver a oírlo.
Ni ver la luna.


 No quise.


24/8/13

Suicidio involuntario.

-Me lastimé.
Se me llenaron los  ojos de basura.
Cuando me miré al espejo, comprendí, pero no entendí.
Ojeras profundas que comenzaban a remarcar la cuenca cuasi gris y de cansada piel de un ojo, por poco, vacío. Un par de ojos negros y hundidos que estaban sucios, mis  ojos estaban sucios,  inmundos de basura  y perversidad. De locura y arenilla, de viento de recuerdos y de luces  que pinchaban.
Quería limpiarme, despojar mis pobres ojos de tanta mugre tóxica, corrosiva.
El veneno corría como ácido sobre mis dedos, sobre el agua corroía mis capilares frágiles, atrofiados por la presión sanguínea.
Sentí como me reventaba con un filo casi sobrenatural, los ojos, los lagrimales.
Sentía mis uñas rascando, mis uñas corrompiendo mi húmeda piel,  cortando masticando  destejiendo tejidos oculares. No tenía con qué llorar, mis lagrimales eran una masa amorfa de  piel y sangre. Había arañando mis ojos. Me los había arrancado, pinchado, disecado.

Lloraba y  no lloraba, lloraba mi cuerpo, lloraba sangre  contaminada, sangre que me dejó los ojos blancos.

A veces la vida se pinta tan  oscura. Se pone negra, se pone triste, se pone  cegadora.
Te perdés, no encontrás la salida, no sabes  dónde hallarás luces nuevamente, si es que las hallarás.
Las luces que creías siempre ahí para iluminarte se fueron consumiendo, ensimismadas, apagándose.
Y cuando te das cuenta encontrás  tus días entre nubes grises de nieve, y lágrimas rojas de sangre. Y oscuridad.
Y pensás que todo está  mal, que por ende  nada está bien,  que necesitás alejarte, aislarte,  volverte un pozo  negro. Un agujero negro.  Con todo y nada en su interior.
Antítesis.
Ventanas de vidrios manchados,  brazos y piernas de piel dibujada en finos trazos carmesí.
Y labios que sangran y acaban.
Quiero alejarme y romperme como si fuera de cristales, o espejos que  arden.
Quiero correr y quebrarme, ovillarme y camuflarme con  la tierra  fétida y gélida.

Mi problema es que no soporto que no me quieran.
Mi problema es que no soporto  no ser la única que ocupa cierto lugar en respectivas vidas ajenas.
Mi problema es que no puedo  compartir el cariño  que se supone deberían tenerme.
Lo quiero todo para  mi, mio, mio, yo.


23/6/13

Quiero ir a casa...

Encontré mis días entre brumas neblinosas grises y húmedas.
A lo lejos vislumbraba una montaña, gélida, con el monte a su alrededor, acechándola.
Atrás no había nada visible desde donde yo estaba, sólo la irregular línea del horizonte que formaba la silueta en contraluz con el cielo líquido.
Era la montaña. Frente a mí. La montaña rocosa y grumosa de relieves violentos. Que lastimaban...

Giraba sobre mí misma, el piso era arenoso y se iba barriendo con el correr del viento. 

Grano a grano se desmoronaba el suelo, se disolvía y se caía hacia el cielo, en pequeñas partículas. 
Se volcaba el piso en el cielo, y las nubes se llenaban de tierra. Llovía barro. Llovía fango.
Mi cara y mi pelo estaban enmarañados con tierra y agua sucia.
Mis brazos protestaban del frío.
De la sangre helada que me dibujaba las venas.

Y yo quería un mar... Una luna gigante.

 Un amor mañanero, un amigo de luz.
Quería un gato blanco, un cielo de Orión
Un viento con tierra... 
Un cielo con olas y un mar con nubes.

Y donde fuese que mirase, estaba rodeada de vampiros y edificios. Autos y personas...


Desconocidas.

Un numerito más.  Y va.
Pisa pisuela color de ciruela. 
Hace cuántos inviernos que me quiero ir a casa... 
Me caigo para el cielo. Me estrello en la luna. Es-trello.


8/5/13

¿Puede el vacío pesar tanto?



Espejos que devuelven miradas funestas, y luego recuerdos que condicionan acciones.
Cebo parido de explosiones corrosivas, gestado en acidez estomacal.
Tensiones musculares, anatomías exhaustivas, inspecciones profundas, penetrables. 

Contracciones, líquido. Contracciones, líquido.
Tensiones musculares. 
Contracciones, cebo.
Expulsar venas,  masticar venas... Como chicles.
Excretar fragmentos de almas desgranadas.
Apolilladas.Mudas. 
Absurdas. Nulas. 
Famélicas. Pestilentes.

Canalizarse en caminitos suaves, esperando, escapando. ¿Elegir o sufrir qué pensar?
Rojas canaletas blandas y tibias, a las que el tiempo deforma volviéndolas duras y ásperas, marrones.
Ciertos caminos trazados voluntariamente para desagotar.

Des-ahogar- Des-temer- placeres y dolores oscuros. 
Trozos, restos, pedazos de alas serruchadas, mordidas, arrancadas.
Reventar de tragar., de escupir, de pensar. 
Explotar en rojo y en charcos pestilentes. 
Explotar en lágrimas hipócritas que pretenden acariciar donde han dañado.

Girar. Pretender huir, y ducharse entregada en gotas maternales tibias que erosionan astillas.
Lluvia ficticia que opaca un repertorio imaginario de sinfonías incómodas de oír.
Lluvia ficticia que oculta imágenes no aptas para hipocondríacos de males ajenos.
Un estómago intoxicado, afiebrado, harto de chicles de estupefacientes y venas.

Espejos que reflejan un ser de turbia mirada perdida, húmeda, enrojecida.
Capilares reventados que plasman el sufrimiento de una pobre idiota inocente, desorientada... Que sonríe a medias.
La mirada... Se pierde. La sonrisa, se quema. 
Las contracciones no faltan. 
Vomitar a través de letras de plástico debajo de los dedos.


22/4/13

Ojos enredados en cortinas opacas.

Tiempo atrás no sabía que el aire lastima la carne... O que el sol tiene espinas emponzoñadas. Mudas, letales. Quizás tiempo atrás, nada era así.


Afuera es de noche. La luna me observa observarla, yo, diminuta, ovillada, pequeña, sola. Viajo sola. Siempre sola. La soledad que me asusta y me vuelve diminuta, ovillada, pequeña.Sola de ser, sola de ser querida. Sola, sin ternura. Ay... La ternura, el cariño, la ternura... Lo único que puede envolverme, dominarme, convencerme, poseerme. Lo único que puede subyugarme, maravillarme, sostenerme, conquistarme, armarme, curarme, sanarme, tocarme.La ternura que nada tiene que ver son la soledad, su Némesis.Pisa pisuela color de ciruela. Me tocó a mi. ¿Por qué? (¿Y por qué no?) Sola. Frío. Vacío. Dolor. Cocaína. Licores. Líbido. Carne. Vacío. Soledad.Este desencuentro y esta búsqueda, esta espera, esta ansiedad, este llanto desatado a solas.Y era ésta, la soledad que vislumbraba de niña en la oscurecida mirada de los adultos que amaron.
 Y perdieron. 
Que mendigaron cariño y ternura, una caricia ajena, exclusiva. Los ojos vacíos y rotos de los adultos que recuerdo haber visto anoche en el espejo del baño de un bar de una despedida nocturna y jovial que poco me pertenecía. Y me pertenece toda. Toda la despedida.Ojos aviolentados, entristecidos. Mi pelo rojo que nadie se atreve a tomar como un indicio de mi lento y progresivo desangramiento-desgranamiento. Gota a gota. Pelo rojo sangre.Sangre rojo pelo. 
Espejos sinceros. Espejos que asustan. Espejos que delatan un par de ojos sobresaltados mirándome: temerosos, oscuros, cansados.Ojos que han llorado sin motivo alguno cientos de veces, librando angustias clandestinas.Ojos que se apretaron contra los párpados con tal fuerza, que parecían querer reventarse, destruirse... Quizás imitaban un torniquete para frenar el flujo apresurado, que no espera, que no para, que contuve en algún grito, la angustia de un dolor.Ojos que esperaron en vano una caricia, una mirada familiar, un abrazo paterno. Un abrazo materno.Ojos de nueve lunas y sin ninguna luna.... Ojos que esperaron un ramo de amapolas, una plumita del piso... Una mirada intensa de apenas tres segundos, o cinco. Pero solo para mi... Me conformo con un pétalo de una sola flor entre todas las flores si lo arrancan para mí. Yo tantas veces florecida para todos... Vaciada por todos.Ojos del espejo, ojos míos. Esperan.. Esperaron, y esperarán. Pero ahora no reflejan más que temores y fantasmas, nada más que remordimientos y.
                    Soledad.

9/4/13

Amatista.

Amatista mi interior violeta.. Cristalino.
Quisiera extraer de mis venas cristalinas gotas violáceas.
Que mi corazón fuera una sólida roca transparente, 
de efecto pristico cuando me encandilan ciertas miradas.
Entonces desde mi pecho explotaría un arcoiris de luz pura.

Quisiera ser una piedra delicada. 

Fuerte, resistente, de color místico.
Lloraría sal, y mis ojos serían como vidrio.
Lejos de la sensibilidad carnal... 
Evocando belleza eterna.
Llenaría de luz. Armonía. Introspección
Mi energía cósmica tranquilizaría auras rebeldes.
Purificaría. Transformaría. 
Energizaría... Llovería en granito.

Sería mágica...

Ser infinita energía púrpura respirable... 
Esparcida en millones de micro partículas que se filtren por los poros... 
Por las hojas de los árboles, dentro de cada gota de lluvia...
Dentro de cada molécula de agua formante de una suave y esponjosa, 
o negra y tormentosa nube...
Podría incrustarme en tu piel. Filtrarme entre tus huesos.
Lloverte. 
Lloverte en gotas filosas
Viajar por tu sangre llegando a tu corazón, tus ojos.
Tu interior rocoso con un centro de centellantes piedras con centro de copos de nieve.
Niños de un invierno del que fuimos protagonistas alguna vez.




8/4/13

No sabes acerca de mis miserias.

¿Me cubrirías en gasolina?
Porque ya me estoy quemando.
Como la miseria duele. Me quema, me quema.
Te daría mis uñas... La garra que necesites.
Pero...
¿Me cubrirías en gasolina?


21/3/13

Prisionera de un carcelero fantasmal.

Me resulta inquietante pensar. Muero pensando, extrañamente.
Muero de un pensamiento mudo como una herida. No me mata el tabaco, ni los ácidos estomacales, ni la sangre derramada, ni el hambre, ni la vida. 
Me mata un pensamiento venenoso que se encarna en mi con toda saña.
Se alimenta de mis esperanzas y crece sin medidas.
Mi cabeza es un útero contaminado, que gesta monstruos lentamente amenazadores.  
Pensamientos obsesivos y autodestructivos.
Pensamientos exterminadores que me desmoronan en cuerpo y alma.
La semilla de un mal asesino y paciente, perfectamente letal.
El espejo me tortura. Comer me asusta. Y me condicionan todo el tiempo. Sus preguntas de mierda.
Me vuelvo horrible e irónicamente vacía.
Pero astuta, arrogante. 

Yo, fantasma de una imagen imposible, casi inexistente, aparezco continuamente.
La aíslo, la encierro en mi espectral ser. Sea cualquier cosa que piense, a donde quiera que mire estoy, burlándome de ella.
Alardeando mi perfecta composición. La castigo.
Aparezco. 
De nuevo. En el espejo, en las vidrieras,  en las sombras. En los ojos de ellos. En los suyos, sus ojos, el baño, sus manos, su tacto, el vestido, el pantalón, la remera.
Soy infinito y vivo en su mente. Me apodero de ella y le impido vivir en paz.
Le impido hablar. Respirar. Amar (se). Le impido mirar con sus ojos, comer con su boca y escuchar con sus oídos.
Yo soy el fantasma del espejo. Y no se puede deshacer de mi sin deshacerse de ella primero. Soy eterno, inmutable e imperecedero.
Estoy en tu mente también. En la mente de todos. 
Mi despertar es tan accesible como un insulto de tu boca o un comentario lastimoso. Escucho y despierto en la mente del débil. Ella es débil.

Ella está encarcelada en mi. 

13/3/13

Culpa de la culpa.

El aire lx asfixia cuando se siente más muertx que vivx.
Es como si fuera el veneno al que está condenadx a ingerir. 
Una gran antítesis existencial. O no.
No siente que quiera seguir siendo parte de este lugar, pues nunca ha pertenecido un %100 aquí.
Se pregunta entonces... ¿Qué queda por hacer? 
Se imagina maneras de partir,  minuciosamente planeadas. 
Siente un delicioso éxito provocado por la brillantez de sus pensamientos. 
Se siente satisfechx. Se halaga, le encanta, y sonríe. 
Victoriosx de haber especulado con todos los detalles.
Pero no puede. 
La sonrisa desaparece. La satisfacción da lugar a la angustia. Frustración.
La culpa siempre presente interfiere incluso en sus delicados planes.
La culpa del dolor ajeno. 
Insoportable. 
La culpa de ser un estorbo incluso sin estar acá.
La compasión siempre había sido su gran defecto.


8/3/13

Ella me cuenta su gris.

Tuve un sueño. De esos extraños. Que no son sueños al fin... Soñé que venía y me contaba muchas cosas.  Me contaba sus sueños. Y sus recuerdos. Y las historias perdidas en las telarañas de su mente enferma, sucia.

¿Qué tendrá el gris? Se pregunta... Un día gris. Un sentimiento gris. Un interior así. Se parece a ella, el cielo, sus recuerdos, su pasado. Todos grises. Un color que invita a la nostalgia. Que invita e imita a la melancolía, a ella, a recordar, anhelar, a sentirse lejana de un pasado imaginario que probablemente nunca fue.

Y te vio cambiar, te vio volverte gris. Es como si nunca hubieses tenido alas... O se perdieron en el caudaloso mar que sos por dentro.
Y se vio cambiar. Se vio convertirse en humo, uno gris, disperso y triste, sin rumbo.
Ella me cuenta que todo le resulta más familiar así. Dice que es un lugar gris al cual pertenece, con pájaros negros que contrastan con un firmamento raído, gastado. 
Donde el césped no crece, y la tierra es seca. Los árboles se quedan sumergidos eternamente en una estación indefinida, ursurpada por una neblina brumosa, mojada, para siempre. Y piensa todo blanco y negro. Puro. Neutro. Perfecto. Hace del gris algo suyo.
Ella los imagina. A vos, con tus ojos intensos y sinceros sin color. Tu pelo soleado ya apagado. Tu piel cetrina perfecta, sin rubores. A ella sin carmines, ni marrones, ni ocres. Ambos grises, sumergidos en un pasado eterno. Sin medida de tiempo. Ahí se quedaron, convertidos. Convertidos en recuerdos. Memorias, como las páginas de un libro. Quietas. Acumuladas... Con polvo.
Blanco fundido con negro. Extraña representación inmaculada de un algo muy lejano, abstracto, ideal: que se escapa de las ponzoñosas garras de la realidad que asesina, que le pone fin a las cosas. 

Ella también sueña... Inocente, dulce.  Que te busca, que pasa por tu casa, y nunca estás. O, más bien, no se anima a buscarte. No te quiere molestar. Y un día soñó que caminaba por una calle desierta, caminaba montada en su alma, no en sus piernas.  Y me dijo que llovía, mientras que de fondo sonaba cierta melodía triste y perfectamente hermosa, y se debatía entre disfrutar lo que escuchaba o disfrutar lo que sentía sobre su alma. El agua cayendo sobre su esencia. Era una sensación exquisita. Y luego recordaba que en ese lugar gris indefinido en tiempo y espacio, podía sentir todo. Porque era su alma la que habitaba allí. Nada le impedía experimentar un millón de sensaciones a la vez. Las dimensiones no existían, me decía. Sin embargo, temía. Temía buscarte de nuevo. Temía encontrarse con tu alma indiferente. 


Por eso no te buscó. Ni te busca. Ella los imagina. A vos, con tus ojos intensos y sinceros sin color... A ella, sin carmines, ni marrones, ni ocres. Ambos grises, sumergidos en un pasado eterno. Inmutable. Imperecedero. Ella los imagina. Y nada puede destruir eso.


Y cuando desperté... Me sentía extrañamente sin pertenecer acá.


4/3/13

Cadáver exquisito luciferiano

Ellxs ríen mucho. De nuevo. Es tan simple que te parece extraordinario.
Vos no sabes si existís o simplemente qué implica eso.
Estás en una plaza seca y las palomas se refugian en la fresca sombra ornamentada de un árbol sin muchas hojas.
Ellxs ríen mucho. De nuevo vuelven a reír.
Vos pensás mucho. De nuevo.

Y estás tan solx que tu instinto gregoriano aúlla de pesar.

Las hojas acariciadas por el viento suenan como papeles encuadernados. Irónico; los papeles encuadernados deberían sonar como hojas.

Y tus problemas te consumen y no querés hacer nada. Tampoco llorás porque te preguntan por qué. Querés ser una nube lejana y húmeda que flote en paz en el cielo; una cosa muerta que cante la música del cielo. 

Lejana y sola al fin, pero sin preguntas ni compromisos, ni modales.

Te dan risa las expresiones o ideas insanas. Yo sé todo de vos, menos como ayudarte.

Trepaste una escalera a la que se le pudrían los escalones y ahora no podés bajar. ¿Te vas a tirar?